Dos días después, tal como estaba planeado, Wara salió a entrenarse corriendo por las colinas cercanas y también volando de quebrada en quebrada. El entrenamiento en un jedi debe ser constante, y no solo en esgrima.
Lo ideal es entrenar con un compañero, pero entrenar en solitario es también útil.
Ya había entrenado bastante, por lo que se sentó a descansar cerca de un arroyo. Fue entonces cuando dos mandalorianos aparecieron de atrás de unas inmensas rocas y trataron de tomarla prisionera. Wara se defendió combatiendo valientemente, pero los mandalorianos la dominaron con un poco de clofor. Le colocaron esposas antifuerzas y la llevaron a la nave.
Se aseguraron ser vistos por un par de iniciados, quienes corrieron a ayudar a Wara, pero ya era demasiado tarde: los mandalorianos la tomaron y la llevaron a bordo de una nave que pronto despegó desde atrás de un cañadón.
Madhava (B´rillian) y Damir (sepi) corrieron a ayudarla sin éxito. Regresaron rápidamente al praxeum para dar aviso a los maestros.