Vamos a necesitar:
- pintura acrílica del color que queramos
- yeso o tizas (hay que machacarlas y tamizarlas)
- agua tibia
- cuchara medidora
- un palito para remover
- un recipiente para mezclar todos los ingredientes
Como tenía tizas por casa, decidí no comprar yeso exclusivamente para esta DIY, así que lo que hice fue macharcas en un mortero y después tamizarlas con un colador. Un consejo que os doy es que si tenéis yeso o lo compráis, que lo tamicéis también. Después el acabado se va a ver mucho más fino
En un recipiente de plástico desechable vertemos como unos 25 ml de pintura acrílica. Yo he escogido un color gris oscuro un poco azulado. Después he añadido tres cucharas medidoras (de 30 g) enrasadas y las he mezclado muy bien con la pintura. Notaréis que se queda muy espesa. Después he añadido unos 10 ml de agua tibia y he vuelto a mezclar muy bien, con cuidado de que no se formen grumos.
Y nuestra pintura está lista para usar.
Esta pintura se puede conservar un tiempo en un recipiente hermético, cuidando que la pintura no esté en contacto con el aire, ya que esto haría que se se cuarteara y se resecara.
Yo recomiendo que hagáis más o menos la cantidad que vayáis a necesitar.
Se puede aplicar con pincel, brocha o rodillo.
La pintura seca rápido, así que podéis reservar el sobrante para una segunda capa.
Una vez aplicada la pintura, dejad que seque bien o se desprenderá al escribir con tiza.
- Spoiler:
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