Este es el material que vamos a utilizar: botellas de plástico, tanto de colores como transparentes.
Empezamos por el plástico de color. Preparamos un molde de papel con forma de aspas y lo utilizamos para recortar varios trozos del plástico. Yo he recortado tres. No hace falta que estén muy bien recortados porque luego no se notan los defectos.
Sujetando las piezas de plástico con unas pinzas, las colocamos sobre una vela. No es necesario aproximarse a la llama, sólo situarse sobre ella, a unos 15 cm de distancia.
Calentamos una aguja metálica (por ejemplo de las que se utilizan para coser lana) y la utilizamos para perforar el centro de las aspas. Para no quemarnos sujetamos la aguja con las pinzas.
Preparamos una plantilla en forma de pétalo y la utilizamos para recortar el plástico de la botella transparente. Recortamos seis pétalos, colocando siempre el molde en el mismo sentido sobre el plástico.
Pasamos los pétalos de plástico por encima de la vela, para que se ricen ligeramente y con ayuda de la aguja caliente les hacemos un taladro en la base.
No es fácil calcular como va a afectar el calor de la vela a los pétalos, por lo que te recomiendo prácticar primero con los restos de plástico que no vas a utilizar para ver a que altura y de que manera les afecta el calor.
Cuando tenemos todos los pétalos, preparamos un alambre que redondeamos ligeramente en un extremo, para que las piezas no se salgan.
Vamos pasando todas las piezas por el alambre, primero las de color y luego las transparentes. Entre pieza y pieza colocamos una gotita de silicona líquida.
Colocamos los pétalos de manera armoniosa y sujetamos con una pinza haciendo presión en la base de la flor hasta que la silicona se seque y las piezas se queden fijas.
El efecto final es muy bonito, porque las flores parecen hechas de cristal.
- Spoiler:
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