Bruja, me llamo bruja.

Bruja. Me llamó bruja. Ese fue el último de sus argumentos metafísicos y furibundos que me lanzó antes de cerrar con rabia la puerta tras de sí. Sonreí. Y, extrañamente, el lugar de sentirme ofendida, me sentí ....orgullosa. Si, una muy extraña sensación de orgullo brotaba muy lenta y sutilmente desde el interior de mis entrañas. No era la primera vez que discutíamos. No sé si será la última. No creo, él siempre vuelve, como perrito faldero. Y se enoja cuando no le doy la atención que él quiere. Es como un niño pequeño buscando hallar la atención y cuando no lo logra, hace pucheros. El golpe de la puerta fue su.......trigésimo primer puchero desde que nos conocimos. Discutir ya era algo cotidiano, dar portazos era la rutina normal. Lo bueno es que los chicos nunca estaban en casa cuando discutíamos. En realidad, prácticamente nunca están en casa, desde que se fueron con sus abuelos a vacacionar. Ese extraño sentimiento de orgullo crecía cada segundo más en mí, era una sensación como de algo que desde tu interior hace sucesivas explosiones y se distribuye por todo tu cuerpo. Bruja. Hasta la palabra me gustaba ahora, cuando tantas veces la había odiado. Tenía tanta sonoridad, tanta oscuridad, tanta......maldad. Embriagante maldad. Y sin darme cuenta, fui cayendo en el lado oscuro. Sí, el lado oscuro es más....seductor. Mucho más seductor.¡¡¡¡ A veces, ser bueno se torna tan.....aburrido.... !!!! Mucho más cuando las personas que amas no reconocen los sacrificios que haces por ellos. Pensamientos extraños que nunca había tenido en mi mente surgieron de los abismos inimaginables de mi alma. Me miré al espejo. Toda vestida en tonos pasteles, qué asco. Bajé mi guardarropa en busca de ropa adecuada, oscura, triste, perversa. Me cambié. Me maquillé con un estilo diferente al que siempre usaba. Y lo esperé. Oh, sí, lo esperé. Él no sabe que el amor que le tenía era tan, tan grande, que esa sola palabra suya me sonó a ofensa infinita. Pero ya no importaba. El amor corrompido por el odio fue. Pero él seguiría siendo mío, solo mío, de todas formas. Desde entonces yo soy......