Ree-Yees era un gran criminal de Kinyen que trabajaba para Jabba el hutt. Había sufrido varias mutaciones genéticas recesivas, poco comunes entre los gran, por lo que sus manos eran deformes.
Ree-Yees fue acusado de asesinato en Kinyen, y se ocultó en Tatooine en la corte de Jabba Desilijic Tiure. Era un alcohólico, y se lo solía ver junto con Tessek. Quedó a cargo de cuidar a la mascota de Jabba, Bubo.
Jabba no le tenía mucha confianza, por lo que le implantó en el pecho una microbomba que se activaba con una palabra secreta. Cuando el hutt la pronunciara, explotaría lo bomba, matando a Ree-Yees. Era útil para asesinar a enemigos, o si Ree-Yees planeaba matar a Jabba (lo que estaba sucediendo)
Junto con Tessek, planeaban matar a Jabba poniendo una bomba en la Khetanna. El prefecto imperial de Mos Eisley, Eugene Talmont, le había prometido a Ree-Yees que si mataba al hutt, le borraría su expediente de crimen y le permitiría volver a Kinyen. Cuando la bomba ya estaba lista en la barcaza, Bubo se comió su parte más importante. Aun asi, Tessek tuvo tiempo de poner otra en el esquife de refuerzo que acompañaría a la Khetanna.
Ree-Yees no dejó que su decepción le parase de hacer algunas apuestas con sus compañeros cuando el Caballero Jedi Luke Skywalker fue arrojado al foso del rancor, después de que Jabba se enfureciese. Para sorpresa de todos, Skywalker mató a la bestia. Cuando la Batalla de Carkoon se desencadenó, Ree-Yees y Tessek estaban a bordo de la Khetanna. La princesa Leia Organa colocó una cadena alrededor del cuello de Jabba y comenzó a ahogarlo. Allí el hutt, con sus últimas fuerzas activó un programa mental secreto, mediante el cual Ree-Yees se autodestruiría junto a Leia. Pero el gran no llegó a tiempo de salvar a su amo, entonces solo la bomba de Tessek podría matarlo. El quarren logró escapar, pero Ree-Yees estaba muy cansado y ebrio, por lo que finalmente murió en la explosión