Tema: Los terribles orígenes de los cuentos clásicos Vie 30 Dic 2016, 15:52
Había una vez un hombre, en un país muy lejano, que hizo a generaciones enteras de todo el mundo crecer fascinadas por las historias de sus hermosas películas. Ese hombre se llamaba Walt Disney, y basó sus historias en cuentos clásicos que habían gozado de gran éxito a través de largos siglos. Sin embargo, olvidó intencionadamente algunos «pequeños» detalles...
Antes del entorno azucarado de Disney, en tiempos de nuestras abuelas y abuelos, la infancia se servía cruda y amarga, y la muerte y la venganza eran realidades que acechaban en el día a día. Cuando escritores como Giambattista Basile, Charles Perrault, Hans Christian Andersen o los hermanos Grimm crearon estas historias, lo hicieron acorde a los tiempos en que vivían. La Cenicienta, la Bella Durmiente, Peter Pan, la Sirenita o Blancanieves... Todos esconden terribles secretos. ¿Crees que puedes soportar la verdad?
La Cenicienta Apuesto a que no sabías que la Cenicienta es uno de los cuentos más populares del mundo. Su rastro llega hasta la antigua China, donde se ha encontrado la que se considera su más antigua versión. En ella, madrastra e hija son encerradas en una cueva en la que morirán lapidadas, lo cual sin duda era percibido con gran sentimiento de fina justicia por parte de la audiencia.
"...ni corta ni perezosa, le parte el cuello a su madrastra contra la tapa de un baúl de madera."
El mundo occidental conocería a Cenicienta en 1634, cuando Giambattista Basile publicó su versión en El Pentamerón. La joven es en este caso hija de un viudo que ha tomado de nuevo matrimonio. La sorpresa llega cuando la institutriz convence a la niña para que asesine a su madrastra a sangra fría. Cenicienta, ni corta ni perezosa, le parte el cuello a su madrastra contra la tapa de un baúl de madera. Vale que su malvada institutriz la indujo a hacerlo, pero no por eso deja de ser una fría asesina. Para mayor desgracia, la malagradecida institutriz se casa con su padre y la relega a la cocina...
En la versión de Basile, Cenicienta acude al baile en el que pierde el zapato, tras lo cual la terrible asesina alcanza la eterna felicidad rápidamente, pues el zapato le encaja al primer intento y se casa con el rey. En otras de las antiguas versiones, por ejemplo en la de los hermanos Grimm en el siglo XVIII, las hermanastras llegan a mutilarse los dedos de los pies e incluso pedazos del talón para conseguir calzar el zapato. Son descubiertas debido a los torrentes de sangre que brotaban de sus heridas. Tampoco en cuestiones de venganza se andaban con medias tintas, pues como castigo por su maldad una bandada de pájaros arrancó con sus picos los ojos de las hermanastras. Un final feliz para un cuento de hogar que haría temblar al mismo Tarantino.
En 1950 Disney presentó una versión en la que eliminaba estas pequeñas vulgaridades y convertía a la Cenicienta en el adorable ser inocente que todos conocemos. ¿Verdad que habrías tenido más dulces sueños con las viejas versiones?
La Bella Durmiente De nuevo podemos observar una evolución directa desde El Pentamerón, y la historia que Basile llamó Sol, Luna y Talía hasta la Bella Durmiente que Disney presentó en 1959. El principio que conocemos no dista mucho del original: La hija del rey de un lejano reino recibe la maldición de pincharse con una astilla de lino, la cual la sumirá en un sueño eterno. Cuando esto sucede, los padres, devastados, la abandonan a su sueño en lo alto de una hermosa torre. A partir de aquí las cosas se empiezan a poner un poco tensas...
Si has soñado alguna vez con convertirte en la Bella Durmiente y esperar en plácido descanso la llegada de tu príncipe azul, quizá quieras replanteártelo al saber lo que de verdad ocurre. En lugar de un bello príncipe, quien aparece en la estancia es un rey desconocido quien, fascinado por la belleza de la joven y viendo que ésta se encuentra dormida, decide no besarla. Efectivamente, no la besa, sino que la viola, y la princesa dormida y embarazada acaba por dar a luz a dos gemelos: Sol y Luna.
"...tras conocer la infidelidad de su marido la reina ordena que los gemelos sean asesinados, cocinados, y servidos cual exquisito manjar."
Pero no acaba aquí la historia, pues los pequeños, succionando los dedos de su madre en busca de alimento, le extraen la picadura de la astilla y Talía, o la Bella Durmiente, despierta. ¿Qué creéis que pasa cuando la reina se entera de que su marido ha tenido dos hijos de una joven y hermosa princesa? Tras conocer la infidelidad de su marido la reina ordena que los gemelos sean asesinados, cocinados, y servidos cual exquisito manjar en el banquete real. Felizmente, fracasa en su intento y acaba por ser ella misma abrasada en el fuego.
En la versión de Charles Perrault se observan algunos cambios que nos acercan ya a la historia moderna. El rey se convierte ya en un hermoso príncipe y la villana se presenta como su madre. Según el autor francés, la reina pidió carne de gemelos para su propio paladar. Pero el final en ambas historias es igualmente sorprendente. Por supuesto, la Bella Durmiente se casa con el príncipe/rey y viven felices para siempre. Una boda con su propio violador, un final de lo más educativo, poético y maravilloso. Este carismático personaje aparecería por primera vez en la novela titulada El pajarito blanco, de J.M. Barrie. El éxito de la novela hizo que el propio Barrie preparara la obra de teatro Peter Pan, en 1904, la cual sería adaptada finalmente en el libro Peter Pan y Wendy. Todos sabemos que Peter Pan no quiere crecer, y lo comprendemos y hasta nos cae simpático; pero nuestra opinión puede sufrir un ligero cambio tras saber hasta dónde está dispuesto a llegar Peter en su rabieta.
Si bien el personaje que nosotros conocemos es un travieso encantador, en la novela se trata más bien de un desequilibrado villano. Quizá nunca antes te lo hayas preguntado pero, ¿a qué no sabes lo que les pasaba a Los Niños Perdidos cuando crecen? ¿A dónde van? ¿Vuelven a casa? ¿Acaso te habías creído de nuevo que el mundo era color de Disney? Fijémonos en lo que dice Barrie:
"...y cuando parecían estar creciendo, lo cual iba en contra de las normas, Peter hacía el grupo mermar..."
«El número de niños en la isla variaba, por supuesto, según los que iban muriendo; y cuando parecían estar creciendo, lo cual iba en contra de las normas, Peter hacía el grupo mermar; pero en este momento había seis, contando los gemelos como dos». Por si no queda claro, lo resumimos: Peter Pan asesinaba a Los Niños Perdidos a medida que éstos se hacían mayores. Quizá no vuelvas a ver con la misma simpatía las travesuras del sanguinario Peter...
Pero eso no es todo, Peter Pan tenía una extraña obsesión con la muerte. Se cree que Barrie había puesto en él sus propios traumas a raíz de la muerte de su hermano durante la infancia. Sea como fuere, la verdad es que el propio Peter comenta que morir sería la más horrible y grande aventura. ¿Sigues queriendo ese viaje a Nunca Jamás?
La Sirenita Los orígenes de la Sirenita deben ser rastreados en Dinamarca. Allí, el escritor Hans Christian Andersen inventó el personaje que más tarde conoceríamos como Ariel, y allí se conserva todavía la estatua que cientos de personas visitan diariamente. En la versión moderna que conocemos Ariel es una joven ingenua y soñadora que desea ser humana por influencia de un amor puro y un espíritu explorador. La Sirenita original, sin embargo, tiene sus deseos enraizados en más oscuros motivos...
En el mundo de Andersen, las sirenas carecen de alma, y por tanto, de paraíso. Lo que la Sirenita desea desesperadamente es conseguir un alma humana y acceder así a la promesa de la vida después de la muerte, huyendo del abismo del vacío que la espera tras esta vida. Su madre le explica que el único modo de que una sirena pueda obtener su alma es conseguir que un muchacho la ame más que a cualquier cosa en el mundo. Suena algo difícil para alguien con una cola de pez, ¿verdad?
Para conseguir su objetivo, las dos versiones recurren al personaje de la bruja del mar. Disney simplemente eliminó algunos detalles como que para llegar a ella Ariel tuvo que atravesar un pasaje plagado de terribles pólipos que capturaban todo lo que por allí intentaba pasar, y donde podían verse esqueletos y cadáveres de otras sirenas que habían sido apresadas y estranguladas. Perdonemos, sin embargo, este pequeño desliz, pues lo que viene a continuación es verdaderamente más importante.
"...y para completar sus sádicas exigencias decidió cortarle la lengua a la sirena."
El trato que la Sirenita acepta con la bruja del mar parece mucho peor de lo que creíamos. Al nacerle las piernas ella siente como si una espada la estuviera atravesando por completo, y por si fuera poco, cada vez que da un paso siente como si afilados cuchillos la hirieran. ¿Creéis que es suficiente precio a pagar? Pues la bruja del mar no lo creyó así, y para completar sus sádicas exigencias decidió cortarle la lengua a la sirena. Mutilada y sufriendo un inmenso dolor constante, la princesa estaba lista y encantadora para acudir a la cita con su enamorado.
El final de la historia es de lo más descorazonador. El príncipe efectivamente ama a la sirena, pero no más que a cualquier cosa en el mundo. Existe otra princesa a la que ama más, y con la que de hecho se casa. La única opción que la Sirenita tiene para huir de su inminente muerte es apuñalar al príncipe, pero ella elige un elegante suicidio marino que acaba así en un final de lo más hermoso y traumático.
Blancanieves Hemos dejado para el final el caso de Blancanieves, pues es uno de los más inquietantes. La redacción de la primera versión trata de 1812 y fue publicada por los hermanos Grimm. En algunas de las versiones conservadas la madrastra se trata en realidad de la madre biológica de Blancanieves, lo que hace que su intención de asesinarla y comerse sus órganos hervidos en sal parezca todavía un poco más perturbadora.
"...antes de ser felices y comer perdices, pusieron un par de zapatos de hierro al fuego y se los calzaron a la madrastra obligándola a bailar, sufriendo terribles quemaduras, hasta la muerte."
La historia no tiene grandes cambios en general, hasta el final. El espíritu vengativo de la real Blancanieves no encajaba demasiado bien con la dulzura de la princesa de Disney. En realidad, la madrastra pagaría bastante caro por su maldad. La pareja de enamorados, antes de ser felices y comer perdices, pusieron un par de zapatos de hierro al fuego y se los calzaron a la madrastra obligándola a bailar, sufriendo terribles quemaduras, hasta la muerte. ¿Os imagináis a la bella Blancanieves disfrutando su fría venganza?
Y lo mejor de todo esto es que está basado en hechos reales. Según el trabajo del historiador Karlheinz Bartels la historia sucedió en una localidad de la Baja Franconia, en Alemania, en torno a 1745. Todos los hechos, desde la existencia de un lujoso espejo con místicas inscripciones, hasta la presencia de mineros en la zona que harían el papel de los enanitos; pasando por la manzana envenenada y los terribles zapatos de hierro, han sido explicados. Esperamos que la verdad sobre estas bellas historias no haya arruinado tu infancia. Esta noche, sin embargo, quizá sea recomendable no soñar con los personajes de tus cuentos favoritos... Es un simple consejo, por pura precaución. ¡Dulces sueños!